Me llamo Inaya. Escribo desde la herida, desde la fe, desde la ternura que aprendí a sostener sola. Este blog no es un diario. Es un refugio. Aquí comparto frases estoicas, cartas a mi niña interior, y fragmentos de una historia que floreció sin ruido. Si estás aquí es porque también sientes profundo. Bienvenida/o, este espacio es también tuyo. 

🌿 El Viaje que me Trajo Hasta Aquí

El Corazón de este Refugio

Hubo un tiempo en que mi vida era solo dolor. Me arrodillé preguntándole a Dios: "¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho para merecer esto?". Estaba perdida en la tormenta, con el alma cansada y ganas de rendirme.

En mi momento más oscuro, encontré dos faros: la fortaleza de la filosofía estoica y la voz de una amiga que me recordó que "todo pasa por algo, todo es parte de un plan".

Y le creí.

Le creí porque en el fondo de mi ser, siempre había sentido la certeza de que estaba destinada a algo más.

Hoy entiendo que ese "algo más" era esto. Entiendo que cada herida y cada lágrima no fueron un castigo, sino una preparación. Tuve que vivir mi oscuridad para poder valorar la luz. Tuve que perderme para aprender a honrar el camino del Señor y encontrar mi verdadero propósito:

Ayudarte a ti.

Este refugio es mi testimonio. Es la prueba de que se puede florecer no a pesar del dolor, sino gracias a él. Es mi promesa de que, aunque ahora no lo veas, siempre hay sol después de la tormenta.

🌸 Lo que Encontrarás en este Refugio

Un espacio donde la sensibilidad no es debilidad.  

Donde quien lo lea se sienta validado, acompañado, comprendido.  

Verdad sin ruido.  

No hay pretensión. Hay alma. Hay historia. Hay fe sin certezas.  

Hay heridas que florecen.